viernes, 11 de septiembre de 2015

ESPERANDO QUE SE CANSEN


Ni el Presidente, que ha recibido varias cartas de Instituciones internacionales, ni su ministro de trabajo, al que se he visitado en tres ocasiones y ya no me recibe, ni el diputado empresario de la línea 49, ya no se dan por enterados  de que en la sede de la empresa y delante del Ministerio  de Trabajo más de 20 seres humanos están crucificados, además algunos con  labios cosidos con  clavos y todos en una huelga de hambre que ya va por la tercera semana.
No se dan por enterados y lo saben. Sufren presiones y miran hacían otro lado. Conocen lo  que  dice la  Constitución del derecho a formar un sindicato y el  diputado empresario lo prohíbe y el Ministro lo encajona.
Y todos estos pobres choferes, que con sus  compañeros expulsados que llevan  casi tres meses no cobran para poder comer sus familias, comienzan ya a padecer el deterioro de su salud. Entre tanto el presidente y su ministro de Trabajo nada hacen.
En tiempos de la esclavitud los patronos imponían su voluntad a latigazos. Ahora usan a las autoridades y, olvidándolos, esperan que se cansen, enfermen o mueran.
Ellos (presidente, ministro y diputado-empresario) se creen sobre toda ley y piensan que ni Dios ni la sociedad, algún día, se lo van a demandar.
Pongamos  las cosas en su  sitio.
Las condiciones de trabajo de los choferes de la línea 49, con  sus tres o cuatro redondos, eran indignas. Por el “descuido” en dar a IPS la plata descontada de los salarios, murió un recién nacido.
Los choferes  fundaron un sindicato y al día siguiente 51 fueron cesados  del trabajo. Sin otra defensa se crucificaron y llevan así casi tres meses.

El Ministerio de Trabajo se niega a reconocer el sindicato de acuerdo con el diputado empresario de las 49 y en contra del artículo  96 de la Constitución.

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