jueves, 23 de abril de 2015

EL VALOR DE UNA VICTORIA

 
En el régimen descentralizado  que nos marca la Constitución, el municipio es como un pequeño estado con su presidente (el Intendente), su poder legislativo (la Junta Municipal),  su Constitución (la Ley Orgánica Municipal) y  su territorio (el de la ciudad o pueblo).
Ciertamente, el ganar las próximas elecciones de noviembre no significa poder solucionar todos los males  de la Nación, pero sí puede ser la solución de esa ciudad o pueblo.
Y esta es la primera importancia de las elecciones  municipales.
No suelen reconocerla los partidos. Ellos han como olvidado  el bien del Pueblo. Y ellos siendo un  “medio” se creen el “fin” de su vida política. Así, el ganar una  municipalidad es como  ganar “una pieza más de caza” para añadirla a su colección.
Pero, este año la alternancia política da una especial relevancia a las próximas elecciones.
Nuestro Pueblo ya está harto de ser gobernado siempre por un mismo partido, no en base a sus méritos en bien del Pueblo sino por disponer de toda la fuerza del   estado desde hace sesenta años, por la  compra de votos, por los engaños en las elecciones.
Estamos ya hartos y nos sentimos como en una cárcel política de la que no podemos escapar. Y no olvidemos que  una Democracia se distingue por la alternancia de partidos, siempre que sea necesario.
Frente a la continuidad de un partido tradicional, de espaldas al Pueblo, queremos  que gane  en estas elecciones un alternativa progresista que nos de aire menos contaminado de corrupción.
Y escribo todo esto y me dirijo a los partidos y movimientos progresistas y de izquierda. No hay excusa que valga para que ellos no se unan y aúnen sus fuerzas para la alternancia.
Este triunfo ayudará al Pueblo soberano para reconquistar el poder a nivel nacional que, ahora,  está en manos de narcos, sojeros, ganaderos, extranjeros, acaudalados y politiqueros.

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