lunes, 19 de enero de 2015

CREAR EL PODER DEL PUEBLO


Cada día hay más manifestaciones, debates, citas ante entidades públicas para  denuncias y protestas. Sirven para  alcanzar  algunos resultados con   su presión.  También como escuela de conciencia despierta.
Hay quienes luego se marchan contentos a sus casas y se sienten felices.
Sin  embargo el compromiso de crear el poder del  nuevo Paraguay no acaba allí. Los politiqueros, si se enteraron de estas acciones, se quedan tranquilos. El poder lo siguen teniendo ellos. Y si ceden en algo, por presión, son capaces pronto de olvidarlo.
El nuevo Paraguay se va acercando con estas manifestaciones   marchas y citas ante el Panteón de los Héroes y cortes de calles y de rutas, etc… Pero, se realizará de verdad cuando haya el número suficiente de políticos en el Poder. Y aquí viene el punto clave de la cuestión.
No somos muy exactos cuando hablando de la corrupción  de los que se dicen nuestros representantes. Los llamados políticos y no politiqueros  o al menos malos políticos.
Y como estos son lo que más abundan, no hay muchos, diríamos, con “vocación” hacia la POLÍTICA. La lista de los que aspiran son los que se acercan  a ella  como negocio. Esas personas a las que ciertamente habría que hacerlas correr del servicio al Pueblo. Reconozco que no se puede generalizar, porque algún político siempre hay, pero…¡qué pocos!
Estemos presentes cada día en más manifestaciones y marchas porque nos fortaleceremos en ellas. Pero, ojalá, los centros de estudiantes en colegios y universidades, las aulas de nuestros intelectuales, las Iglesias, las Municipalidades, los centros de Cultura, fueran escuelas de Política y de los que en nombre del Pueblo aspiren a ser llamados políticos.
Repetimos: la mayoría   de los que trabajan en POLÍTICA son politiqueros,  con honrosas excepciones. Dispuestos a venderse al mejor postor y con escasa preparación. Esto daña a ese otro Paraguay, que queremos y que es posible.

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