viernes, 19 de diciembre de 2014

LA FAMILIA DE LOS GRANDES PARAGUAYOS




Se acerca la Navidad y cada familia va pensando con quienes se va a juntar para celebrar la cena de la Nochebuena. También con el recuerdo vivo de los seres queridos que durante años les acompañaron y que este año la celebran en el cielo.
Personalmente, tengo conmigo este año el recuerdo vivo de muchos paraguayos y paraguayas, a quienes me acerqué para aprender, con quienes luché junto por un Paraguay mejor y a quienes echo de menos en estas circunstancias  en que vivimos,  que son confusas, difíciles.
Son demasiados, por eso voy a poner solamente algunos pocos.
Comienzo por un mártir. Un   muchacho muy pobre y humilde, alma de la  emigración paraguaya en Buenos Aires. Daniel Esquivel. La dictadura  militar  argentina lo hizo desaparecer después de torturarlo. ¡Qué pequeño me sentía a su lado!
Sigo por otros dos en el arte.  A José Asunción Flores lo conocí  en el exilio donde hablamos largo una tarde. ¡Gran hombre! Días después lo acompañaba a su descanso, acompañado por la guarania INDIA, cantada por hermanos argentinos. Con él, Augusto Roa Bastos. Lo conocí en la década del 90 al volver al Paraguay. Disfrutaba hablando con él.
Sigo con dos grandes señoras. Olga Blinder que unió su arte con un inmenso compromiso social. Siempre me ayudó cuando comenzaba la carrera de Comunicacion en la UCA. Con ella Elizabeth Ajub de Giangreco, de la Pastoral Social. Luchadora incansable por los bañadenses en muchas reuniones semanales cuando comenzaba la idea de la Franja Costera.
Prometí demasiado porque me quedan Munarriz, Miguel Ángel Soler, los obispos Bogarín y Rolón, el Maestro Francisco Parra, etc…etc… Y, todavía,  me quedan los más cercanos. Los que me acogieron en el Bañado Sur en septiembre del 96. Y estos sí que son muchedumbre.
Este año, cuando celebre la Navidad los tendré muy presentes. Porque ahora a todos los necesito más que nunca.

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