lunes, 15 de diciembre de 2014

IGLESIA Y REINO DE DIOS NO ES LO MISMO



Sobre este tema acudo como teólogo al P. Ignacio Ellacuría.
“Es menester separar Iglesia y Reino de Dios, afirma Ellacuría, para que la Iglesia quede configurada por este y   pueda verse cada vez más libre de su “versión-al-mundo” mediante una auténtica “conversión al Reino”.
La Iglesia debe de tener un centro fuera de sí misma, un horizonte más allá de sus fronteras institucionales, para orientar su misión y aun para dirigir su configuración estructural. Y este centro y este horizonte no pueden ser otros que los que tuvo la evangelización de Jesús: el Reino de Dios.
Es el reino de Dios lo absoluto en la Iglesia  y la Iglesia está subordinada al Reino de Dios y no es Reino a la Iglesia”.
En todo esto otro teólogo, José Antonio Pagola, también insiste con fuerza en la subordinación de la iglesia al Reino de Dios.
“La fuerza, el motor  del cristianismo es “el Reino de Dios”, no otra cosa. El criterio para medir la identidad de los cristianos, es siempre “el Reino de Dios”. Un reino que comienza en la tierra y alcanza su plenitud en la vida eterna.
La única manera de mirar la vida  como la miraba Jesús, es orientar  la vida a construir un mundo más humano. Sin embargo, muchos cristianos no han podo hablar así del “Reino de Dios”.
Una de las “herejías” más graves que se han introducido en el cristianismo es hacer de la Iglesia lo absoluto. Pensar       que la  Iglesia es lo central. Olvidando que lo central es el sufrimiento que hay en el mundo  y la lucha por una organización más justa de la vida.
El objetivo mayor de Jesús fue introducir en el mundo lo que él llamaba “el Reino de Dios”, que es una sociedad estructurada justa y digna para todos, tal como la quiere Dios”.

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