miércoles, 24 de septiembre de 2014

DE LA LÓGICA SOCIAL A LA LÓGICA ELECTORAL


Ya he visto con grandes letras anunciadas, la campaña electoral de un aspirante apresurado a la Junta Municipal.
Y es que dentro de poco se olvidará la lógica social para entrar masivamente en la electoral.
Llamo lógica  a pensar, estudiar, planificar y hacer marketing para conseguir algo muy concreto en el presente político. Propiamente solamente tendría que haber una sola lógica para el político: servir al Paraguay que es la meta.
Sin embargo, cuando hay una época en que esta meta se opaca y es sustituida por otra: ganar unas elecciones para ocupar un cargo.
Por supuesto que se supone que es para servir a la Patria, pero es tanto el ímpetu electoral que la Patria pasa a segundo lugar. Y, desgraciadamente, para bastantes luego elegidos, luego la Patria no va a pasar en importancia de este lugar segundón durante cinco años.
En la lógica electoral las palabras que valen son las que pueden conseguir votos. No importa que sean mentirosas y falsas.  Y en ella la ventaja no la da la valía real del aspirante sino la cantidad de dólares de que disponga para comprar votos. Esto no debiera de ocurrir,  pero es la realidad.
Así se crea en este tiempo electoral una especie de paranoia  que conduce a romper amistades   y hacer alianzas  frágiles, en ocasiones contra natura política, pero que pueden dar votos.
En estas condiciones, ¿qué sale de estos meses agitados electorales? Personajes, que se dicen representantes del Pueblo, pero que no representan más que a sí mismo.
¿Qué debe de saber y hacer un ciudadano que quiere el nuevo Paraguay en esta época electoral?
Primero, saber que la ley electoral está hecha de modo que todo lo antes dicho sea así. Hay que cambiarla.
Segundo, cuestionar, si puede públicamente  a los aspirantes mentirosos, que son casi todos.
Pero, ¿a quién elegimos? Este es el problema.



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