EL PAPA FRANCISCO Y LAS INUNDACIONES

           

Las inundaciones que sufrimos nos han puesto sobre el tapete la discusión entre el asistencialismo y  las reformas estructurales.

El asistencialismo como única meta preferencial de nuestra acción, ya ha quedado rechazado en circunstancias normales.

Pero, en tiempos de emergencia, el asistencialismo cobra toda su fuerza y se convierte en la tarea imprescindible y más necesaria.

 Y nuestra denuncia en estos tiempos de inundaciones hacia la SEN y la Municipalidad de Asunción se apoya en que ambas instituciones ni previeron esta emergencia, ni supieron comportarse en ella. Más todavía,  la intentaron usar equivocadamente como prebendarismo para tiempos de elecciones.

Un total despiste que algún día pagarán caro.

Sin embargo esta preeminencia del  asistencialismo en tiempos de emergencias no nos debe hacer olvidar que lo que va a hacer el cambio que necesitamos son las reformas estructurales

 El Papa Francisco nos ilumina con absoluta claridad a este respecto: “La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar… los planes asistenciales, que atienden ciertas emergencias, sólo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres… atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica” (EG 202, 203).

 Todo lo dicho aumenta  nuestra responsabilidad.

Porque, incentivando pasajeramente en la emergencia el asistencialismo, con la misma, y aun con mayor fuerza, hemos de impulsar frontalmente las causas estructurales de la emergencia de las inundaciones ahora, y  sobre todo  de la profunda división que existe entre ese puñado de ciudadanos  que tienen todo y es mayoría (hambrienta, sin trabajo ni horizonte de vida) que tienen poco o nada.

Pero, ¿quién se opone a que se hagan esos planes estructurales? Ciertamente, los que tienen el poder económico y   político.