miércoles, 26 de febrero de 2014

HUELGA, PARO O MARZO PARAGUAYO



Cualquier de las tres cosas o las tres juntas o ninguna pueden suceder este 26 de marzo. No lo sabemos. Pero, sí existen como dos pensamientos contradictorios. Unos, desde el Pueblo, que estamos decididos a hacer algo, otros desde el gobierno, que están decididos a que nada suceda.
Y todo esto, curiosamente para una fecha de gran recuerdo: un día 26 de marzo del año 1999 el Pueblo paraguayo, en su mayoría joven, realizó una gesta histórica en la Plaza.
El deseo de huelga, paro o nuevo  marzo paraguayo nace de la acumulación de  hartura de un Pueblo que se ha dado cuenta que lo están llevando por un camino que no le conviene.
El 26 de marzo como una meta a conquistar. Diría que la necesitamos. Es como una invitación a algo tan sabido de que todos los avances en la Historia se han llevado por una cierta presión.
Presión que hacemos nuestra con una decidida actitud de no-violencia heredada de nuestra Fe en el Dios de Jesús y practicada por personajes como Gandhi y Luther Ling.
Falta un mes y las fuerzas a favor o en contra de lo que vaya a ocurrir el 26 de marzo están trabajando.
Me fijo ahora en el  gobierno más partidario de  sojeros, ganaderos, empresarios o multinacionales, que  tiene como la obligación de impedir este 26 de marzo.
Hará lo posible para dividirnos, para comprar a algunos, para poner a unos contra los otros, para amenazar y meternos miedo, para contar las bondades  gubernativas.
Y los que queremos el Cambio tenemos la obligación de unirnos, dejando caudillismos, olvidando ofensas,  no olvidando nada  que esté en el corazón de nuestro Pueblo.
El 26 de marzo no tiene dueño. Es el Pueblo bien organizado el que lo puede, debe y quiere convocar. Y confiamos que esta  actitud patriótica sea la que predomine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario