jueves, 30 de enero de 2014

NO SE CONSTRUYE EL NUEVO PARAGUAY A LA LIGERA

 
Cuando estamos avanzamos en el año y renovamos los deseos del nuevo Paraguay, deseo dialogar un poco sobre algunos peligros en su construcción.

Uno, y no pequeño, es el de sucumbir pronto ante los que se oponen a esta novedad. Y con burlas, leyes, mentiras en los MCS, represiones y miedos inculcados, hacen todo lo posible para impedir el Cambio. La constancia, nacida del convencimiento, no es a veces nuestra mayor virtud.
 

Otro, y este es mayor peligro, es el de no construir la casa, estructura organizativa del nuevo Paraguay, como aconsejaba Jesús sobre una roca sino sobre arenas movedizas.
 

Por ejemplo: Hemos visto mover multitudes con ideas que nos entusiasmaron pero, luego, descubrimos que todo eso no estaba fundamentado. Aquel aspirante a intendente, senador, diputado o presidente, solamente quería votos para ser elegido. De ahí vienen tantas promesas falsas. Con ellas el Pueblo se siente burlado y 
cae en la indiferencia política.
 

Otro peligro es que los que están moviendo al Pueblo se crean los únicos poseedores de la verdad y van creando a su paso divisiones y más divisiones. “Donde hay dos paraguayos hay dos movimientos políticos”. Y alguien con muy mala intención, pero con cierta experiencia, añadía “Y, si son de izquierda, hay tres”.
 

Como todavía quedan caudillos disfrazados, otro peligro es querer construir el nuevo Paraguay de arriba para abajo. Así ese caudillo siempre conserva el poder. Abajo significa desde los empobrecidos, los descartables según el sistema, los que más hambre y sed de justicia tienen, porque son los que lo pasan peor.
 

Finalmente, la construcción del nuevo Paraguay exige mucha Esperanza porque es largo el camino a recorrer. Personalmente me llena de Esperanza mi fe en el Dios que me mostró Jesús y el ver los ojos sufrientes de mis hermanos todos. Cada uno tiene que descubrir la roca que sustente su Esperanza

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