viernes, 1 de noviembre de 2013

REFLEXIONAR ANTES DE TOMAR DECISIONES




Se lo conté a un amigo y muy dura fue la reacción natural de esta persona al escucharme.

Hace  meses fueron presos en el Bañado Sur un matrimonio por venta al menudeo de crack. Se los llevaron a Tacumbú y al Buen Pastor y sus tres hijos se quedaron “al aire libre” sin nadie que los cuidara.

Primera pregunta: ¿por qué los policías y no se enteran bien de las circunstancias concretas de los seres humanos  que encarcelan?

Poco después uno de los hijos de 13 años fue sorprendido por la policía en una moto. Fue llevado a la comisaría y la fiscalía para que no lo encerraran en el correccional de menores de Itaugua, le dio una pena sustitutoria de comprar  leche por valor de 300.000 guaraníes y con factura de compra.  Esta era una condición obligatoria.

Segunda pregunta: ¿es que la  Fiscalía no sabe que este niño de 13 años  al no tener además a nadie adulto cerca, porque su padre y madre están en la cárcel, no tiene manera de encontrar esos 300.000 guaraníes para comprar leche con factura y luego llevarla a la Fiscalía?.

La Fiscalía ha recibido ya la leche  con factura. Y es que la solidaridad entre los pobres es mayor que estos desaciertos.

¿Qué nos está pasando? ¿Perdimos el sentido de pensar para tomar decisiones? ¿Por qué los que tienen autoridad, parece que para quitarse de en medio el problema, deciden lo más fácil para ellos, sin caer en la cuenta de que cometen verdaderas aberraciones?

Me dijeron que por falta de tomar leche cuando niños pequeños en muchos de ellos las neuronas no se unen, con lo que reciben daños irremediables. Esto sucede  desde hace muchos años. No nos extrañemos, entonces, que nos vayamos encontrando más adultos de la cuenta con estas características. Ellos no tienen la culpa, pero racionalmente no parecen reflexionar.

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