lunes, 14 de octubre de 2013

Y ¿QUÉ ES LA VIDA?



Para un poeta castellano la vida era “una sombra, una ficción, que toda la vida es un sueño y los sueños, sueños son”.      Algo que pasa tan rápido, que se va como un soplo de aire.

Pero este soplo tiene manifestaciones, que le dan   consistencia: felicidad, sexo,  plata, poder, amistad, trabajo, familia, sueños, lucha por un ideal generoso.

 Pero todo eso, un día, se acaba y  llega a su fin.

En ocasiones nos sentimos como algo al que le vino ese soplo de la vida, de lo que sale una persona que vive la historia de unos años. Y, luego, “se va”.

De ahí la conclusión acertada, si se entiende bien, de otro poeta: “Carpe diem”. Aprovecha el día  en todo lo que te da humanidad y hace feliz sin dañar a nadie.

Por eso, cuando hablamos de la Vida, es muy importante el sentido que le damos. Es  responder  a esta pregunta “Y, para qué vivo?”.

Desgraciadamente muchos a esta pregunta no responden. “Vivo viviendo”.

La vida para ellos es como un zapping de televisión. Saltan continuamente de una cosa a otra. Así la vida carece de objetivo. “Simplemente vivo”. Algunos añaden con sorna: “Y esto es porque el aire es gratis, que si no…”.

Por supuesto que hay muchos con objetivos de vida muy positivos. Gracias a ellos el horizonte de la Humanidad va avanzando.

Existen otros horizontes de vida que desacreditan a quienes lo tienen y hace daño a los circundantes.

Y, peligrosamente, nos vamos a encontrar a personas con mucho poder económico o político. Tan atractivo que ellos se reservan el disfrutarlo egoístamente. Son ricos , pero empobrecen a quienes tocan.

Aquí, hay que  volver a preguntarnos en sinceridad   “¿Y yo, ¿para qué vivo?”.

Esta pregunta es exigente y crea molestias. Directamente nos descoloca.  Y esto es bueno. Nos puede empujar a querer cambiar.

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