martes, 25 de junio de 2013

LA JUVENTUD IRRUMPE ENLA POLITICA BRASILEÑA



Es la conclusión a que Emir Sader llega a propósito  de las últimas manifestaciones en Brasil
“Lo peor que podría pasar a Brasil –un país con un contingente inmenso de jóvenes en su población sería contar con una juventud ausente, pasiva, volcada hacia otros temas que no sean los de la política, la sociedad y el Estado.
Esos jóvenes no han golpeado a la puerta de la política, sino que la han tumbado, con sus gritos y sus formas de ser.  Es hora de renovar la política y sus cuadros, para que la irrupción de esos jóvenes no se reduzca a un fenómeno mediático y de aburridos estudios sociológicos, que hablan más de sí que de la realidad.”
Brasil, que supo colocar el tema central en el continente de la desigualdad social como prioritario, tiene ahora el desafío de pasar de la democratización social a la democratización política  y a la democratización cultural –empezando por el fin de los monopolios mediáticos y, sobre todo, a  la discusión de los temas que ocupan más directamente a la juventud.
La protesta por la subida del boleto del transporte agrupó a la juventud  en el Movimiento del Pase Libre (MPL). Este fue el detonante al  que pronto se le unieron más reivindicaciones. 
Y con  inmensas manifestaciones lograron su objetivo.
 Por otra parte, el tratamiento que le dieron los MCS  fue muy diverso. Al comienzo descalificaron las  manifestaciones por la violencia que podían llevar consigo.
 Y fueron pacíficas, pero cuando se consiguió el objetivo del aumento del transporte, los más radicalizados siguieron manifestándose y entonces sí apareció fuerte la violencia y su represión también violenta.
Pero, pronto cambió la actitud de los MCS opositores cuando descubrieron que con la excusa de las manifestaciones podrían desgastar al Gobierno de Dilma. Las manipularon en sus informaciones y comentarios  e impusieron en su enfoque los lemas de la oposición.

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