miércoles, 18 de noviembre de 2009

ENRIQUECIDOS Y EMPOBRECIDOS

Parece que la situación está tensa para tratar este tema en clave social. Por eso, prefiero tratarlo en clave religiosa cristiana.

José Antonio Pagola en su aproximación histórica a Jesús tiene esta página “El reino de Dios no es una “buena noticia” para todos, de manera indiscriminada. No lo pueden escuchar por igual: los terratenientes que banquetean en Tiberíades y los mendigos que mueren de hambre en las aldeas de Galilea. Dios quiere justicia entre sus hijos e hijas. Su corazón no puede soportar esta situación cruel. El reino de Dios traerá el cambio. Su venida es una suerte para los que viven oprimidos y una amenaza para los que viven oprimiendo”.
Más adelante Pagola reconoce que Jesús no tenía “ni poder político ni religioso para transformar aquella situación”, pero añade:”Su palabra no significa ahora mismo el final del hambre y de la miseria de estas gentes, pero sí una dignidad indestructible para todas las víctimas de abusos y atropellos. Su vida es sagrada. Y nunca, ni en Galilea ni en parte alguna, se construirá la vida tal como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres y mujeres del hambre, la miseria y la humillación”.

Y concluye: “A Dios sólo se le puede acoger haciendo un mundo que tenga como primera meta la dignidad de los últimos”.

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