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Ayer falleció este compañero jesuita verdadero apóstol de las cárceles del Paraguay. Su entierro será en el cementerio de Santos Mártires hoy por la mañana.
Había nacido el 19 de octubre de 1919 en España. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1942, después de estudiar Derecho. Fue ordenado sacerdote el año 1957.
Destinado al Perú trabaja en la Universidad. Años después viene al Paraguay de donde, con otros diez jesuitas es expulsado por el dictador. Volvió en 1989.
Enseñó Ética en la Facultad de Derecho de la UCA y nombrado capellán de los universitarios. Fue miembro del Tribunal eclesiástico de Apelación para las causas de nulidad matrimonial.
Pero su trabajo apostólico principal fue como capellán de la cárcel de Tacumbú y Coordinador arquidiocesano de la Pastoral Penitenciaria. Hombre comprometido con los más empobrecidos, dedicó los mejores esfuerzos de su vida al servicio de los presos. Fue muy querido por ellos y denunció con fuerza las condiciones inhumanas en que viven. Su muerte deja un hueco difícil de llenar.
Fue un hombre profundamente fiel al Señor Jesús. Es de los que entregan sin condiciones la vida por el Reino de Dios en la Tierra.
Los presos de Tacumbú, en cuya capilla quiso ser sepultado, han pedido que, al menos, lleven sus restos al penal para darle una despedida.
Había nacido el 19 de octubre de 1919 en España. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1942, después de estudiar Derecho. Fue ordenado sacerdote el año 1957.
Destinado al Perú trabaja en la Universidad. Años después viene al Paraguay de donde, con otros diez jesuitas es expulsado por el dictador. Volvió en 1989.
Enseñó Ética en la Facultad de Derecho de la UCA y nombrado capellán de los universitarios. Fue miembro del Tribunal eclesiástico de Apelación para las causas de nulidad matrimonial.
Pero su trabajo apostólico principal fue como capellán de la cárcel de Tacumbú y Coordinador arquidiocesano de la Pastoral Penitenciaria. Hombre comprometido con los más empobrecidos, dedicó los mejores esfuerzos de su vida al servicio de los presos. Fue muy querido por ellos y denunció con fuerza las condiciones inhumanas en que viven. Su muerte deja un hueco difícil de llenar.
Fue un hombre profundamente fiel al Señor Jesús. Es de los que entregan sin condiciones la vida por el Reino de Dios en la Tierra.
Los presos de Tacumbú, en cuya capilla quiso ser sepultado, han pedido que, al menos, lleven sus restos al penal para darle una despedida.
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Querído Hermano Paí Oliva, también tuvo su impronta en lo que respecta al Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Ciudad de Clorinda, Tuve la oportunidad de conocerlo y conversar, estudiar Documentos que pertence a la Doctrina Social de la Iglesia. Sabía hacerse querer. En una ocasión arrendamos un colectivo y vinimos en patota hasta la casa de El, nos atendió deferentemente. Cariños a sus allegados.
ResponderEliminarAdemas era Mago. Hacia magia. Siempre nos ensenio, pero no sus trucos. Estamos orgullosos todos sus sobrinos. Estoy seguro de que a el le hubiera gustado dar las gracias al leer este post.
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