martes, 1 de septiembre de 2009

EL FÚTBOL NO ES PARA DAÑARNOS


He contemplado por TV todo lo sucedido en el violento clásico del domingo. Soy aficionado de uno de los equipos. Pero, estoy convencido de que toda violencia hay que suprimirla en la cancha y fuera de ella.

La violencia comienza cuando en nuestras mentes confundimos guerra con juego. En la primera se llega a matar por ganar. En lo segundo jugamos para divertirnos y descansar.

La violencia del fútbol se hace realidad cuando queremos ganar sí o sí, a como sea, sin reparar en los medios. Y en ello entran dos elementos la locura humana, permanente o pasajera, y el maldito dinero.


La mente humana tiene contradicciones bien aberrantes. El honrado profesional o trabajador, correcto y educado, en la cancha pierde los estribos y dice toda clase de insultos, inclusive arrojaría a la cabeza de un jugador un ladrillo si lo tuviera en la mano. No está enloquecido, pero tensionado actúa como tal.

En cuanto al dinero el entrenador pone tensos a sus jugadores porque si pierden, puede perder su puesto. Y los jugadores tensionados hacen lo mismo por lo mismo. Y los aficionados más peligrosos agrupados en barras, no todas las barras son así, son incentivados por directivos sin ética para que con violencia impulsen la victoria de su equipo.

El fútbol es un juego. Y no tiene que hacernos daño.

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