En tres oportunidades pude ir a celebrar la Fiesta de Boquerón con los Parlamentarios Jóvenes. Nos invitaba siempre la Gobernación del Departamento.
Llegábamos la víspera. De noche teníamos con otros grupos, entre ellos varios de menonitas, una velada artística teatral. Al amanecer, delante de la gran Cruz, una oración ecuménica. Luego paseo histórico por las trincheras y por los cementerios paraguayos y bolivianos. Y al final de la mañana, el acto oficial con un gran asado.
En Boquerón, siempre experimente que allí estaba un santuario de la Patria. Donde debían de acudir todos los paraguayos, especialmente senadores, diputados y Corte Suprema. Pareciera que el patriotismo se está diluyendo en ellos. ¡Tan poderoso caballero es Don Dinero¡.
Y desde boquerón reflexiono sobre todo el Chaco. En el siglo XX lo afirmamos como paraguayos con el coste de 30.000 soldados nuestros.
En el siglo XXI corremos el peligro de perderlo. Ante todo en su naturaleza, bien débil, y que está siendo degradada por la deforestación para pasturas y siembra de soja. Pero también por la posesión de la tierra que en su mayoría va cayendo en manos de extranjeros.
El caso más bochornoso el de la ciudad y población de Puerto Casado, que aun no ha sido resuelto. La compra del millón de Hectáreas de Carlos Casado S.A. por la secta Moon, nunca debió de haber sido permitido.
Llegábamos la víspera. De noche teníamos con otros grupos, entre ellos varios de menonitas, una velada artística teatral. Al amanecer, delante de la gran Cruz, una oración ecuménica. Luego paseo histórico por las trincheras y por los cementerios paraguayos y bolivianos. Y al final de la mañana, el acto oficial con un gran asado.
En Boquerón, siempre experimente que allí estaba un santuario de la Patria. Donde debían de acudir todos los paraguayos, especialmente senadores, diputados y Corte Suprema. Pareciera que el patriotismo se está diluyendo en ellos. ¡Tan poderoso caballero es Don Dinero¡.
Y desde boquerón reflexiono sobre todo el Chaco. En el siglo XX lo afirmamos como paraguayos con el coste de 30.000 soldados nuestros.
En el siglo XXI corremos el peligro de perderlo. Ante todo en su naturaleza, bien débil, y que está siendo degradada por la deforestación para pasturas y siembra de soja. Pero también por la posesión de la tierra que en su mayoría va cayendo en manos de extranjeros.
El caso más bochornoso el de la ciudad y población de Puerto Casado, que aun no ha sido resuelto. La compra del millón de Hectáreas de Carlos Casado S.A. por la secta Moon, nunca debió de haber sido permitido.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario