viernes, 31 de julio de 2009

EL HOMBRE QUE SABÍA ESCUCHAR


No es pagar una promesa, pero sí un acto de agradecimiento el escribir cada año en el santo ara de Ignacio de Loyola unas líneas sobre él.

¿Qué nos tendría que decir Ignacio a los paraguayos en este año de comienzo del proceso de Cambio?. Lo he pensado mucho y lo he consultado.

Existe entre nosotros demasiado alboroto. Parecemos un nido de cotorras todos haciendo ruido al mismo tiempo. Todos tirando al que se mueve y si es del Gobierno con doble tiro. Criticamos, nos plagueamos.

Hubo un hombre que supo escuchar en un tiempo, como el nuestro, lleno de alboroto. Al comienzo no lo hacía. Pero, Dios s e encargó de cambiarlo. Su pierna destrozada, defendiendo la ciudadela de Pamplona, tuvo una larga convalecencia. Allí aprendió a escuchar a Dios. Y lo siguió escuchando por muchos años, porque eso de la constancia era su fuerte.
Quien escucha a Dios adquiere una enorme capacidad de escuchar a sus contemporáneos. Y escuchó a todos. Y el resultado es que todos se le acercaron para oir su palabra. Entre ellos un grupo de universitarios de París. Con ellos nacería la Compañía de Jesús.

El que esto escribe todavía, aun con muchos años, está aprendiendo a escuchar. No me ha sido fácil. Pero el ejemplo de un hombre que supo escuchar mucho me animó a seguir al Señor Jesús. Y le estoy muy agradecido a él.

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