viernes, 31 de julio de 2009

CAMINA CON SU PUEBLO EN LA HISTORIA


Vivimos tiempos claves. Ahora podemos comenzar un proceso o tendremos que esperar, tal vez, para recorrerlo más adelante otros 60 años. No soy adivino, pero los deseos de los que nos gobernaron los últimos tiempos, van por ahí.

Para dar esperanza sobre este asunto, cito ideas de un compañero jesuita, Joseph Jiménez.

Hablando del Israel de la Biblia, nos sorprende que “el contenido de la esperanza del creyente israelita fuera solamente la tierra”. Pareciera que estuvieran demasiado interesados en esta vida por ella, como para preocuparse de algo trascendente. Y, sin embargo, no era así.

Israel, para ser libre, había pasado por la lucha de ser un rebaño de sometidos a constituirse en un Pueblo. Y esta lucha para apropiarse de una tierra donde vivir iba paralela al crecimiento de su fe en Dios. Y viceversa. El crecimiento de la fe en Dios les empujaba a mejorar y hacer crecer la tierra. Así llegaron a aquella fórmula perfecta “Yo seré el Dios de Uds. y Uds. serán mi Pueblo”.

Por aquí pasa el papel importante y actual del creyente. Por una parte profundamente comprometido, desde dentro, en crear el Cambio, convencido que Dios camina siempre a su lado. Y todo para ser felices y conseguir unas condiciones mejores de vida.
Y todo con alegría y el sentido de una Fiesta colectiva. Una especie de cielo adelantado.

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