Van a pasar cien días de gobierno y me duele el comprobar que todavía una mayoría de miembros de los partidos políticos siguen confundiendo el ser parte con la totalidad.
La totalidad sería el Paraguay al que juraron servir. La parte es su organización política, necesaria en una democracia, pero que, si no está integrada en esa totalidad, no tiene sentido.
Y esto sucede y mucho ahora, cuando se juega el comienzo de la construcción de un futuro. Con la agravante que si no lo hacemos, volveremos en el 2.013 al oscurantismo de los sesenta años pasados. Y, tal vez tendremos que esperar otro tiempo parecido para encontrar una ocasión como la actual.
La totalidad sería el Paraguay al que juraron servir. La parte es su organización política, necesaria en una democracia, pero que, si no está integrada en esa totalidad, no tiene sentido.
Y esto sucede y mucho ahora, cuando se juega el comienzo de la construcción de un futuro. Con la agravante que si no lo hacemos, volveremos en el 2.013 al oscurantismo de los sesenta años pasados. Y, tal vez tendremos que esperar otro tiempo parecido para encontrar una ocasión como la actual.
¿Señales de esta confusión?. A un partido no le interesa que el gobierno adquiera gobernabilidad. Para eso lo desacredita hasta en su vida más privada. Por eso no aprueba los donativos que le pudieran dar un respiro económico. Otro partido piensa que ellos se merecen puestos de poder. Así se robustecen para las próximas elecciones y aumentan su economía. Y, como no lo consiguen, le restan apoyo al Presidente aunque sigan en puesto de gobierno. Otro, muestran sus talantes inclinando la balanza a su conveniencias
¿Cuándo se sentarán generosamente alrededor de una mesa para determinar lo que necesita el paraguay total?.
¿Cuándo se sentarán generosamente alrededor de una mesa para determinar lo que necesita el paraguay total?.
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